Este es el titular de la noticia que aparecía el 21 de febrero en El País, en un artículo escrito de BERNAT COLL y con la fotografía de Cristóbal Castro que hemos usado como imagen de esta entrada. En la noticia se informa que el Govern y la Federación Catalana de Natación (FCN) se han citado para la semana que viene para abordar el tema particular de la menor de 8 años que no puede validar su licencia competitiva porque la Federación se niega a reconocer su identidad sexual (pese a que es un derecho humano) bajo la excusa de que esa identidad no figura en su DNI (por razones de edad, la menor sólo tiene cambiado el nombre en el DNI).
Se informa que el Departamento de Asuntos Sociales se muestra optimista: “Encontraremos una solución. Ya existe un antecedente similar en deportes de las artes marciales, y se resolvió. El Govern, la federación de natación y las entidades implicadas tenemos la voluntad para que la menor pueda competir en natación femenina. Todos queremos lo mismo”. El Departamento, además, pretende actualizar la situación reglamentaria de las federaciones para garantizar los derechos de personas LGTBI: “Este caso debe abrir el camino para otros casos que ya existen o puedan llegar”.
También se indica que Chrysallis, la asociación a la que pertenece la familia de la nena y que viene llevando el caso desde el inicio, reclama formar parte de este protocolo común. “Queremos aportar nuestra experiencia en estos casos”, apunta Ana Valenzuela, vicepresidenta de la entidad a nivel estatal, y presidenta de Chrysallis Catalunya. “Agradecemos poder desencallar el caso de esta chica, pero nos hubiera gustado que se hubiera conseguido antes. Habíamos hablado infinidad de veces sobre ello. La niña se hubiera ahorrado toda esta espera”, añade Valenzuela.
En la mayoría de las Comunidades Autónomas existe una legislación específica con la que se garantiza el reconocimiento de la identidad sexual en el ámbito deportivo. El hecho de que la legislación catalana fuera de las primeras en promulgarse, explica que no fuera tan precisa como las disposiciones legales posteriores, algo que desde Chrysallis esperamos se solucione lo antes posible, y que a nivel estatal igualmente se garantice por ley el respeto a la identidad sexual en el ámbito deportivo. La normativa autonómica existente en otras Comunidades es plenamente respetuosa con este derecho humano, algo que no ocurre con la normativa del COI. Pero resulta paradójico que incluso con la normativa del COI, con la que no estamos conformes, esta niña no habría tenido impedimento a que se reconozca su identidad en la práctica del deporte a nivel olímpico, mientras que la Federación Catalana de Natación se lo ha impedido hasta ahora.